∙── ∙ Introducción ∙ ──∙
El cantar del Mio Cid posee un autor anónimo, pero se sabe que el único texto escrito de este cantar es el manuscrito de Per Abbat (juglar o copista), que data con la fecha del año 1307, aunque se cree que el poema debió realizarse aproximadamente en 1207, este mismo aborda la temática clásica de los cantares de gesta, la cual es el relatar la vida y hazaña de algún héroe/guerrero, en este caso narra la vida de un personaje histórico llamado Rodrigo Díaz de Vivar (¿1044-1099?), todo desde su destierro, hasta su muerte. Respecto a la obra en sí, cuenta con tres cantares: Cantar del Destierro, Cantar de las bodas y Cantar de la afrenta de Corpes. También, a lo largo del relato, se pueden notar sus características específicas, como los epítetos, que son locuciones fijas para adjetivar positivamente, en este caso al Cid, como por ejemplo el sonado 'El que en buen hora ciñó su espada, por otro lado, otra característica es la utilización de frases formulares, que consistían en recursos utilizados por los juglares, como ayuda de improvisación, en ejemplo está 'al espada metió mano'.
∙── ∙ Síntesis sobre las tiradas del Cantar del Destierro ∙ ──∙
Cantar del destierro
Tirada 1: 'La salida de Vivar'
Vivar es desterrado, sin antes agradecer a Dios y dar a entender que él no fue desterrado por algo que ha hecho, si no que fue a causa de sus enemigos malos, después es enviado a la entrada de Burgos junto con su compañero Alvar Fáñez, y se da fin a la tirada.
Tirada 2: 'La entrada en Burgos'
Rodrigo Díaz llega a Burgos con sesenta acompañantes. Al anochecer, llegaban cartas con la orden de que nadie debía darle posada a Ruy Diaz, de lo contrario, aquéllos que se la diesen, perderían 'sus bienes y los ojos de la cara, y además hasta la vida, y los cuerpos y las almas'. Entonces Mio Cid se dirigió a su posada, y se encontró las puertas cerradas, a pesar de las insistencias de él, nadie le abre la puerta, puesto que tenían miedo de las consecuencias, pero a todo esto se encuentra con una niña, la cual le explica el porque lo ignoran. En ese momento, se retira de la puerta y atraviesa Burgos para llegar a Santa María. Al llegar decide orar y marcharse para a las afueras de Burgos, allí termina acampando porque nadie le dio posada.
Tirada 3: 'El engaño de los Judíos'
Un hombre llamado Martín Antolínez se atreve a ofrecerle a Vivar pan y vino, además de darle posada. En eso, Martín se va a Burgos a buscar dos judíos, Vidas y Raquel, para que Ruy Diaz pueda hacer trato con ellos, al encontrarlos les plantea la situación, entonces los judíos aceptan el trato, pero para realizarlo piden ver al Cid primero. Al llegar Vidas y Raquel aceptan el trato de Vivar, el cual consiste en que a cambio de las dos arcas darían seiscientos marcos, y debían guardarlas hasta el final de aquel año, en caso de que rompan el trato y las abriesen antes, Mio Cid no les daría ni un dinero de los falsos. Después hacer el trato, de marcharse y de pasar por Burgos, el Cid se dirige al monasterio de San Pedro de Cardeña, donde deja a su mujer y a sus dos hijas. Cuando llegan a la frontera del Reino, en la última noche, el arcángel Gabriel se aparece a don Rodrigo para profetizar un futuro mejor.
Tirada 4: 'La despedida de la esposa y las hijas'
Doña Jimena se arrodilla entre lágrimas y besa la mano del Cid, su esposo, para despedirse. El Cid en respuesta intenta consolarla con palabras, y pide a Dios que algún día pueda casar a sus hijas con sus propias manos, además de que su mujer sea servida por el mismo.
Tirada 5: 'La aparición del arcángel Gabriel'
Vivar abandona su tierra no sin antes haberse preparado. Después de alejarse decide cenar y cayó dormido profundamente, en eso el arcángel Gabriel se le aparece en un sueño, para profetizar que le irá bien si no se rinde. Cuando el Cid se despertó estaba contento por lo que había acabado de soñar. Al despertar, descubrió sin contar con los peones, trescientas lanzas (hombres).
Tirada 6: 'El Cid en la batalla'
Luego de cruzar el límite del reino, adentrándose ya en territorio musulmán, el Cid y sus hombres deciden ir a por la guerra, que permitirá que crezca su poder mediante la obtención de botines. Pero fueron sitiados después por un ejército musulmán, demostrando audacia y talentos militares, deciden atacar por sorpresa a los sitiadores. Abrieron las puertas y salieron al ataque, mientras que los guardias moros van para el campamento, todo para intentar capturar a Vivar y sus hombres, al final todo salió bien para ellos, pues hicieron caer derribados a mil trecientos moros.
Tirada 7: 'Reparto del botín'
Vivar y los suyos despojaron las cosas que poseían los cuarteles de los moros , como los escudos, armas y los bienes extremados. De vuelta al campamento, cuando se juntaron, encontraron que ahí habían caballos. Trajeron consigo un botín de oro y plata. Con la ganancia conseguida, todos se sienten aliviados, posteriormente regresaron a los moros dentro de su castillo, y Ruy Díaz ordenó que también les dieran algo.
Tirada 8: 'El Conde Don Ramón, rehén'
Rodrigo decide apresar al Conde y llevarlo a su tienda, y decidió dejarlo en custodia con su guardia personal. Mio Cid decide salir fuera de la tienda para ver como los suyos volvían de la batalla, con las grandes ganancias. Volviendo a la tienda donde se encontraba el Conde, ofrecen comida a este pero la niega rotundamente, entonces Rodrigo Díaz intenta convencerlo, diciendo que le daría la libertad si lo hacia, pero el Conde sigue insistiendo con dejarse morir, entonces Mio Cid logra mejorar el trato, así Don Ramón logra dejar la negación y acepta. Al día siguiente el Conde Ramón parte entre los dos hidalgos, dado que cumplió con su palabra y Vivar lo dejó marcharse. Don Ramón se marcha rápido con miedo a que Ruy Díaz se arrepienta. Rodrigo regresando a su tienda, se da cuenta de todas las ganancias que ha hecho, y en efecto, descubre que él y sus hombres se volvieron ricos.
∙── ∙ Síntesis sobre el Cantar de las Bodas ∙ ──∙
Los infantes piden la mano de las hijas de Vivar, ya que al hacer esto, ellos aumentarían su honra gracias a las riquezas que posee Mio Cid, pero para ello debían hablar con el rey Alfonso y obtener su permiso. Entonces fueron a donde se encontraba, así mismo en secreto hablaron con él. El rey decidió meditar por una hora y pensó en proponer a Vivar el trato, porque estaba arrepentido de haberlo desterrado. Cuando Ruy Díaz oyó de esto, agradeció a Cristo, puesto que a pesar de ser echado de su tierra, tuvo la oportunidad de recuperar su honor y volver a ser notado por el rey. Siendo así, Mio Cid acepta el trato de las bodas, por lo que decide entrar en razón con Alfonso.
∙── ∙ Síntesis sobre el Cantar de la afrenta de Corpes ∙ ──∙
Rodrigo Díaz se encontraba en Valencia junto a sus yernos los infantes de Carrión, en ese instante tuvieron una mala sorpresa, un león se escapó de su jaula y en la corte todos tenían temor. Fernando González, uno de los infantes de Carrión, por miedo se escondió bajo el escaño, mientras que el otro infante, Diego González, fue detrás de una viga. Mio Cid al despertarse por tanto alborto, pregunta que sucede, ahí es donde todos le hacen ver la presencia del animal, pero este tan pronto al ver a Vivar, se sintió humillado, en ese momento Mio Cid lo agarra del cuello y lo mete a su jaula. Luego, la reunión volvió a la normalidad, pero con Rodrigo Díaz buscando a sus yernos, aunque estos mismos se veían avergonzados por lo que sucedió.
A todo esto, en venganza por las burlas que sufrieron después de lo sucedido con lo del león, los infantes deciden partir con las hijas de Mio Cid, con la excusa de enseñarles las tierras de Carrión y sus dominios, para así abandonarlas y quedarse con las riquezas. Rodrigo Díaz sospecha y manda a que su sobrino Félez Muñoz acompañe a sus primas.
Después de partir y de haber pasado la noche en el robledo de Corpes, a la mañana los infantes deciden seguir con su plan, en eso cargan las riquezas de valor y guardan las tiendas, a su vez, piden a sus vasallos que se vayan y que no quedase nadie, así no hay testigos para lo que está a punto de ocurrir, pues posteriormente, los hombres les dicen a sus esposas que allí mismo serán ultrajadas y que nunca poseerán las tierras de Carrión, a todo esto, ellos comienzan a maltratarlas hasta que se quedaron débiles, entonces se van y las dejan abandonadas en el robledo, un momento después, Feléz Muñoz nota lo sucedido y rescata a sus primas.
Por la maldad que han realizado los infantes, Mio Cid los demandó y los llevó a tribunales, además de sufrir un gran deshonor por su culpa, por eso en ese momento, Rodrigo Díaz les pide que le entreguen las espadas que el les dio, y el dinero que se habían llevado, pero eso no era todo, aún quedaba la demanda mayor, la cual consistía en un combate judicial, donde los hermanos terminan rindiéndose.
Apenas la corte terminó de tratar las demandas, dos caballeros entraron al lugar, uno se hacía llamar Ojarra, el otro Íñigo Simenoz, eran mensajeros de los príncipes de Navarra y Aragón. Besaron las manos del rey y pidieron casarse con las hijas de Vivar. para que sean las reinas de esas tierras. En esto, todos decidieron callar, mientras Mio Cid pide permiso al rey Alfonso, y este se lo concede con gusto, así es como la corte aceptó el casamiento.
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